25 de noviembre de 2014

Músicas veloces.

Hoy, estaba buscando una canción del repertorio clásico acorde con el día que tenía y con los tiempos que corren. Mal hecho, lo sé.
Debería elegirse la música para que ésta nos alejase de los instantes y dejarnos llevar por ella.
Como no pudo ser, empecé a elegir de un listado que tengo de obras famosas de clásicos, por decirlo así, populares. No sé ni cómo ni por qué, me sentí atraído por Gayaneh y su Suite Sabre Dance. Nunca antes había admirado este tipo de ritmos tan escandalosos. Algo debe estar pasando por mi interior y por fuera, también, para que esté al ritmo de esta sintonía. Tendré que ir calmando el ritmo interior, ya que este tipo de músicas nunca han sido de las mías.
Cualquier tipo de modernismo o posmodernismo ha podido con mis ánimos, pero nunca éstas de batallitas desesperadas (en la clásica no, que yo sepa, no). Tanto tambor átono y tónico no me sienta bien. y eso que ayer escuchaba a un personaje televisivo hablar de que las prisas no eran buenas y de cosas similares: aunque lo dijera en tono excesivamente humorístico, yo estaba muy de acuerdo, ya que he sufrido las consecuencias de esos ritmos acelerados y desacelerados. Son extremos que no llevan a nada; ni el uno, ni el otro cuando se ejecutan en exceso.
Creo que en Música (y creo, porque no he preparado esto y lo estoy escribiendo de carrerilla) existen los mismos tiempos o muy parecidos para el que escucha la obra. Debe ser como estar muy enfermo, de infarto, y meterse en una discoteca que solo dé música tecno y sin parar. Sin salsa, sin disco, sin pop y sólo con tecno. El efecto es terrible. Pues en la clásica pasa lo mismo. Si no se alternan los estilos y los ritmos se cae en una espiral que lleva al hartazgo y a las ganas de silencio total. Por eso existe el ritmo, la pausa y la música, ya sea muy elaborada o flamenco espontáneo, sigue unas directrices que uno aprende de oídas o por ondas y tacto (las personas con dificultades en el oído o que no oyen nada pueden percibir estas ondas de sonido).
Al grano: que hasta en los debates mediáticos están metiendo musiquilla de fondo, que hay gente que lo percibe, oiga usted, y que están acelerando a la peña y no, todos no estamos por la labor de dejarnos llevar por esos impulsos egoístas. Que la vida siga, que vivan y que dejen vivir. El que quiera aventuras, que se dedique a la lectura. Así no se monta una fiesta, así lo veo yo.

19 de noviembre de 2014

Libre Mercado. "Podemos; Talla 58".

He leído y visto algunas encuestas, noticias y tertulias que han tenido lugar con Pablo Iglesias, del Partido "Podemos", ya que han sido varios los rumores sobre el nuevo político.
El resto, han sido otras personas que me han forzado con la curiosidad surgida de una noticia falsa y alarmista que rezaba cosas que me parecían atípicas de ese nuevo partido político.
La penúltima vez, al escuchar una de las tertulias y, al ver a otros personajes arremetiendo contra Pablo Iglesias y viendo cómo se defiende con holgura de acusaciones injustas, de mentiras, de patrañas e incluso noticias totalmente inventadas en laboratorios informativos (que conste que pillé una de esas muy elaboradas en las que hacían un descarado 'corta y pega': Jordi Ébole preguntaba algo, mientras que Pablo Iglesias repetía "me mola" o algo similar que no venía a cuento y conseguían asustar al televidente). Debería estar prohibido hacerlo sin advertir antes: "Este programa está manipulado, recortado y no es objetivo".
No soy afín ni simpatizo con "Podemos". Ahora me explicaré mejor:
Cuando me aconsejan que mire algo que intuyo 'aparentemente falso o manipulado por Internet', en primer lugar busco la fuente. Luego, comparo, comparo y sigo descartando hasta ver si coincide la fotocopia con el original: Nunca suele ser así.
Al final son unas 3 horas y media de día perdido. Me quedo como estoy y no satisfago mi curiosidad.
Hoy fue un debate entre Pablo Iglesias y Juan Fernando López Aguilar en Bruselas, con estudiantes muy bien preparados de intercambio Erasmus que acudían como público. Se me hizo muy corto, comparado con otras veces.

6 de noviembre de 2014

Poemas: "Mi queso es mi queso"

Mi queso es mi queso.

Se llevaron mi queso,
Comiéronse las galletas,
Los inocentes y nobles,
Que decían ser hijos,
De los hijos de los más nobles.

Se llevaron mi queso,
Sin permiso, mis ilusiones,
Mi orgullo, mis sueños con mi persona.
Robaron, a sabiendas, mis escritos,
Mis viejas monedas, falsificaron.

Sin permiso y sin contrato,
Juguetes y fotos, recuerdos y cartas,
Valiosos sellos, letras, cuadernos,
discos de vinilo, canciones, armonía.

Trozos de ropa, hecha jirones,
Lágrimas secas con tinta, gota de sangre.
Biografía fotocopiada, reflejos de mi vida.
Todo esto, también arrebatado.

Mas torpe y ciego hay que ser,
Para dejarse una caja de cartón y madera,
Con todo lo que contenía,
También los sobres con lacre,
Con los nombres de mis amigos.

Olvidaron una neurona mía, pegada al corazón, que no respira,
Tal vez el alma, tal vez mi séptima vida,
Una gota de amor, una semilla,
Que no muere, aún yo sin vida:
La que responde al porqué de la sonrisa, a la estima.

Poemas: "Nuevos Aires Puriburi".

Cansado ya de oír noticias sensacionalistas, fines del mundo que son cataclismos individuales o regionales, pero que no nos llevan a nada, he vuelto a la poesía como método y forma de protesta, escape, hermandad para con mis semejantes, etc.

Con "Nuevos Aires Puriburi" quiero expresar la desgana y el cansancio que siento al escuchar de mucha gente mayor una gran cantidad de críticas negativas hacia todo lo que no es de su mismo signo y de su "misión cristiana evangelizadora" (situándome yo como simple y sencillo creyente de base, cual las pizzas).

30 de octubre de 2014

Poemas: "Cucarachas locas criticonas".

De prejuicios ando harto,
De personas que critican,
Y creyéndose más sabias,
Lanzan rumores inciertos.

No veo sus caras, no sé sus nombres,
sus comentarios, innecesarios.

Lo hacen sin contundencia,
Como quien borda un pañuelo,
Afirmando con rostro regio,
Fulanito de Tal, que es Cual,
O Siona, esa cualquiera, maléfica total,
¡Ay, de ella qué sabrán,
Si el día que la vieron,t
uvo un día de perros,
Y de ella supieron no más!

No veo sus caras, no sé sus nombres,
Sus comentarios, hacen daño.

Esperan a ver tu cara,
Para ver si te convencen,
Y contentos, a misa diestros volones,
Para purificarse y volver a juzgar,
A Mengano el del Butano,
A Juanita y a don Zutano.

26 de octubre de 2014

Aplicaciones Vs Seguridad.

El cambio en las actividades y las adaptaciones forzadas por nuestro entorno han hecho que el "hombre" (la mujer y la persona) de hoy tenga que adaptarse, quiera o no, a la última moda de la aplicación informática y/o aplicaciones ofimáticas de hoy en día. Desde finales de los años 60 y, principalmente, desde la década de los 70 del siglo pasado hasta ahora mismo, hemos ido moldeándonos a estos avances -más o menos desmedidos en tamaño, piezas, métodos, avances rápidos o lentos, sistemas, etc.-, ya que nos han ido acompañando hasta terminar formando parte de nuestras vidas. Es difícil encontrar en estas fechas un sólo aparato que no posea un sólo chip, una combinación de ceros y unos que rija su mecanismo interno. No se trata sino de convivir con las distintas generaciones de objetos que nos rodean. Pienso que hemos pasado de un mundo mecanizado (aquél que resultó de las últimas revoluciones industriales a éste de las primeras y segundas virtualizaciones digitales). Si a esto le añadimos la globalización, obtendremos un tónico que no es perfecto, pero que es apetecible y hasta cierto punto, imprescindible.
Siguen apareciendo nuevas aplicaciones que nos ayudan en las tareas diarias, pero no se nos aclara qué nivel de privacidad emplearán estas nuevas aplicaciones, ni cómo se perfeccionarán los servicios en la Nube o los Antivirus y Antimalware para evitar que los datos que confiamos a éstos 'links' no sean también manipulados como se hace habitualmente con los programas de siempre: gestor de e-mail, procesador de textos, hoja de datos, ficheros de mp3, vídeos, almacenaje de otra índole, etc. etc.
Antes de utilizar algunas aplicaciones que no dudo que sean muy buenas y excelentes para agilizar nuestras tareas, me sigo preguntando: ¿valdrá la pena pasar mis datos personales y de terceras personas a esas otras bases que ayudan a gestionar datos o "es peor el remedio que la enfermedad"? Opinen, por favor.

14 de octubre de 2014

El jaquecoso Cuento de Sonia y la Pintura.

Queridos niños y niñas: 

En este cuento de hoy, les relataré lo que le aconteció hace muchos años a una niña turolense (de la Provincia de Teruel) que se llamaba Sonia y que acudía a una de las mejores escuelas públicas de todo el norte español. Era la mejor escuela porque había pocas como aquellas, porque tenía muy buenas amigas y amigos y porque los profesores y profesoras se portaban con ella como si fueran padres y madres con Sonia y con el resto del alumnado.
A Sonia la cuidaban su madre y su tía, pues su papá estaba trabajando en Sudáfrica.
Los fines de semana solían ir a Madrid a ver a los abuelos, que vivían en un piso enorme y moderno, ya que se dedicaban a la venta de automóviles de poco uso provenientes de Alemania. Eran más bien ricos y mimaban mucho a Sonia y a sus amigos y amigas.
Cierto día, estando Sonia en clases de dibujo, un maestro reprendió a una compañera suya, Margarita, diciéndole: "Margarita, por favor". Margarita se rio y corrigió su error. Sin embargo, Sonia, que aquel día apenas había dormido entendió que el profesor le decía a ella: "Sonia, ¡por favor!". Sonia se preguntaba muchas veces qué cosa le pedía por favor el profesor que no era ni siquiera el tutor de su aula. Su amiga Margarita se había olvidado de lo que le pedía y se olvidó de todo. Sin embargo, como Sonia era muy inquieta y estaba en la edad de hacerse muchas preguntas seguía intrigada.
A partir de ese día y los siguientes, Sonia se apuntó por su cuenta en dibujo y comenzó a pintar y delinear cada vez más y mejor. Estaba hecha casi una artista y admiraba medio atontada a su nuevo profesor, buscando siempre su aprobación. Él, que no tenía un pelo de tonto le decía siempre: -Sonia, atiende a tus tareas.
Pero ella le respondía: -Sí. Ya hice los deberes.
Así, hasta que un día su tía se dio cuenta de que iba a suspender casi todo. No regañó a la niña, pero sí tuvo la suerte de hablar con ese profesor, que le contó lo de sus clases. De esta manera, Sonia pudo entrar en una Escuela Municipal de Pintura y convertirse en artista. Y no contenta con esto, años más adelante, se matriculó en la carrera de Arquitectura, en Diseño, en Arte Contemporáneo, en Historia y terminó varias carreras a la vez, ya que era superdotada, aunque tan sencilla y noble que nunca dejó de llamar a los amigos que tenía tiempo de ver.
El único problema del que nadie de la familia se había enterado era que la chica, ya de grande, iba al hospital donde estaba ingresado su viejo profesor, recuperándose de una enfermedad, para que le dijese si sus bocetos, cuadros, proyectos y hasta planos de aeropuertos valían o no valían.
El profesor Demetrio estaba hasta la coronilla, pero, por amabilidad y condescendencia a la que fue una alumna que aprendió a pintar casi de milagro, le escribía, le grababa en cinta de casette y le firmaba todo lo que hiciera falta para que supiera que él estaba de acuerdo con lo que ella hacía. No es porque su padre no se lo dijese: Ya de vuelta en Teruel, le había hecho y pagado para que su hija celebrase una fiesta por todo lo alto y también, para realizar una exposición en Buenos Aires, París, Londres, Nueva York y Bérgamo, pero ella seguía igual de tozuda.
Un día se encontró, en una exposición suya, a su amiga Margarita, la cual pintaba de una manera excepcional, pero con un trabajo y una vida más ajetreada que la de ella misma.
Tomando champagne y palomitas de maíz con caracoles en la exposición de pintura, hablaron mucho sobre sus vidas y Margarita le dijo, sin que su amiga le preguntase, que aquel profesor de Dibujo le dijo cierto día que por favor hiciera las líneas de las montañas más suaves y las de los edificios y casas más rectas.
Entonces, Sonia le explicó todo el malentendido de su infancia. Ambas se rieron mucho y se fueron después de la exposición a un pub turolense a tomar refrescos de limón y papas con mojo picón canario. Las dos eructaron porque el mojo estaba fuerte, pero dijeron que en la vida, nunca se sabe cómo terminan las cosas.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Por cierto, el profesor está muy bien. Se jubiló y ahora no pinta sino que escribe novelas tamaño bolsillo.


13 de octubre de 2014

Las Tarjetas en Gris de CajaMadrid.

Ayer estuve echando un vistazo a dos de los extractos de sendas personas, al azar, en el periódico El País del día 12 de octubre de 2014.
La primera de ellas no era la del típico estafador o defraudador normal que me esperaba ver a través de sus extractos de cuenta bancaria:
Lo primero que me llamó la atención fue que siempre iba al mismo bar (que prefiero no nombrar para preservar el anonimato del local). Pensé que los de ese lugar debían estar encantados con tal personaje, pues aparecía casi a diario y, a veces, varias veces al día, con unas buenas consumiciones. Al día siguiente, lo mismo y, exceptuando un par de restaurantes de otra cadena y algún que otro de autopista, siempre salía ese, el de "El Bar Pepita", pongamos por ejemplo. La tal Pepita y sus empleados debían conocer al señorito como cliente habitual y bueno, ya se deduce el resto: todos contentos. Comparándolo con otros elementos de esta estafa, casi ninguno de ellos frecuentaba ningún bar cualesquiera ni con tanta asiduidad. Éste sí, casi como si fuese su segunda casa. Al menos, una empresa PYME salió beneficiada...
Otro dato que me llamó mucho la atención fue que más de dos veces al mes se gastaba el dinero de la tarjeta en buenos libros (lo menciono por el precio de éstos) y también en una conocida cadena que reparte libros y cedés a domicilio con insistencia. También a ellos les compraba libros y discos, además de las adquisiciones muy habituales en esas librerías por parte del señor en cuestión. Me pregunto qué tipo de libros compraría y dónde los iría leyendo, si tendría tiempo y si también los regalaría.
Es alguien culto, al menos, o eso parece, pues frecuentar una librería y comprar a los que van tocando las puertas de casa (ahora que las familias apenas pueden afrontar ese tipo de gastos extra de forma mensual y directa -debe ser un número determinado de libros y discos mínimo durante un mínimo de tiempo-) no es algo que sea característico de esos personajillos.
Por último, un tercer rasgo característico de esta persona tan peculiar es la de acudir a una tienda de instrumentos musicales, adquirir un instrumento o varios (no se especifica) y luego acudir varias veces más tarde para no sé sabe qué -esto, si los datos ofrecidos por El País son verídicos al cien por cien-. No vaya a ser, que en vez de instrumentos musicales fueran móviles nuevos para toda la familia, incluida la abuela... O materiales de un sex-shop. Quiero pensar que no.
Al ser una tienda especializada en música, este sujeto tocaba el organillo, lo reparaba y compraba sus altavoces y sus libros para tocarlo. Parece ser que era un tío culto o intentaba serlo, hablando en plata.
Miren ustedes, pues no me parece tan grave como el que está de parranda todo el santo día y riéndose del resto de la peña y de España. Este hombre se gastaba grandes sumas de dinero en libros y en música (y repetía varias veces). Al menos, "no hay mal que por bien ajeno no venga"; y sacó su parte buena en cultura y cultura musical con tantos libros ¿y qué instrumento compraría? No se sabe. Ojalá hubiera sido un buen piano o un violín ¿Tal vez una guitarra eléctrica?
A pesar de todo lo escrito, que quede claro que no estoy justificando de manera alguna la actuación de semejante tropa. Si se devuelve ese dinero, pienso que también deberían hacerlo con intereses, como cuando se obtiene una tarjeta de crédito de cualquier banco ¿Opiniones?

18 de septiembre de 2014

La opción de la Empatía.

Las personas más cercanas de nuestro entorno, barrio, pueblo o ciudad, siguen guardando un mínimo comportamiento cordial, a pesar de que el clima general es de más crispación y de descontento. Las relaciones laborales durante una jornada y otra se vuelven, según el contexto, a veces imposibles. Unos la pagan con los otros y, sinceramente, creo que muchos no se dan cuenta.
Ayer me defendía como gato panza arriba, pero moderadamente de un operador de telefonía que creo que no se daba cuenta de su actitud de desprecio por mis preguntas para reparar el software de un móvil de la compañía con la que tengo mi tarjeta y a la que había comprado ese terminal que también les había pagado en su día. O fue así, o con el enfado del momento no me percaté de que el operador de telefonía móvil no lo era y había cambiado por un bromista de Radio de Los 40 Principales como Anda Ya. Lo cierto es que su amabilidad brillaba por su ausencia. Aún así, no contento con tratarme como a un extraterrestre que le pregunta cómo poner en marcha un satélite de la Nasa, sacó (metafóricamente) su corcel circense canelo y reluciente para lucirse y, una vez más, haciendo ostentación de lo absurdo de mi pregunta para que desistiese, me pidió todos mis datos como si de un sargento se tratara (por seguridad, claro). Yo seguía sin siquiera saber su nombre ni su departamento.
Cuando acordamos que hablaría con un servicio técnico equis, comenzó la monserga y bombardeo particular de pregunta abierta y oferta de servicios ADSL junto con otros servicios que no me interesaban de ninguna manera. Me pareció de anuncio de colchones, vamos: repose, que después de la paliza verbal, merece un descanso atípico. Ante mi negativa para con su oferta -ya estoy con otra compañía, le aclaré- su asombro y falta de respeto aumentaban. Con ello mi rabia. No sabía si era cachondeo o era una nueva táctica empresarial de ventas. Creo que no escuchaba lo que tardaba en responder mi cuarto o quinto "no". Al final, le dije que era un antipático, que tratase al cliente como a una persona igual y no desde la superioridad del anonimato y alguna frase referente a las leyes del consumidor con seriedad; alto y claro, como suelen exigirnos ellos y ellas al otro lado de la línea. Sin más, colgué porque se había ofendido muy mucho.
Jamás había hecho ni dicho esto a ningún operador, tal vez otras cosas pero no con tanta rectitud y corrección. Durante el último año, había dicho cortésmente que no, que gracias pero que no quería pasarme a tal compañía ante la insistencia de cualquier otro operador.
Ya en calma, meditando, uno se pregunta en cuál será el siguiente paso. Después de haber vivido, visto y leído tantas irregularidades por parte de las empresas, ¿nos obligarán a algo más?
A parte de todo esto, noté en el trasfondo de la conversación un cansancio residual, un hartazgo de mandar y de decir al cliente lo que debe hacer, de que aquello le había ocurrido más veces.
Recordé también lo que me había contado un ex-empresario de altos vuelos y lo comprendí. Me arrepiento de parte de lo que dije, pero no del todo.
El éxito o el fracaso y sin términos medios o acuerdos. El fanatismo de la competitividad mal entendida ha llegado ahora a tal punto de aproximación al infinito que quieren que un operador convenza a un cliente mediante una técnica de conducta guiada, mediatizada, manejada desde arriba y siempre bajo presión: así nadie compra nada. Lo contrario; rehúsa al objeto. Así sigue la cadena de esclavitud del trabajo posmoderno condicionado: bajo condiciones de adrenalina muy altas y bajo estrés.
Tal vez, deberían darnos cursos, terapias y charlas rápidas de desensibilización sistemática para clientes y personas de a pie, para quitarnos de encima esa culpabilidad generada por personas que forman parte de ese tipo de nuevas técnicas.
Sé que de estos casos hay miles a diario y que se dan en toda clase de trabajos y negocios, pero ¿por qué no ponemos un límite a todo esto tratando de emplear la empatía de siempre? A veces no hace falta ninguna técnica sino la de ser uno mismo. Se emplea y funciona, aunque la estamos olvidando (y no me excluyo, yo también la padezco). Tal vez sea la deshumanización, la mecanización o una autodefensa aprendida.
Simbólicamente, ante discursos vacíos de contenido en política y sociedad, pienso que sería un gran alivio replantearnos el ser personas, buscar soluciones como grupo social y no como entidades políticas -pues de estas entidades ya no vamos a sacar ni una gota: ya no se trata de sacarle el jugo al limón porque ese zumo es nuestro-. Aunque fallemos, apostemos por las personas, no por los signos. El recuperar la estima (la nuestra y la de los demás) para simpatizar.

31 de agosto de 2014

Los derechos del pasajero.

Recientemente, leía unas publicaciones antiguas de la Comunidad Europea sobre los derechos y deberes del pasajero.
Dejando de lado los sucesos de índole morbosa y las catástrofes, ¿hemos ganado o perdido derechos? Indudablemente, lo segundo.
Comentaba una amiga el otro día conmigo, que había hecho un viaje astral hacia un lugar cercano a donde me encuentro ahora. Después de pensarlo sin darle importancia al hecho, me pregunté si eso era legal o no.
Me parece injusto. Unos pasajeros estamos pagando seguros, sobrepeso de equipaje, billetes por mar y aire que nos salen un ojo de la cara y luego ¿hay gente que se dedica a viajar astralmente? Me parece una competencia desleal por parte de las empresas que les enseñan a viajar así.
Ya había tenido estas discusiones con los que realizan viajes 3D o vía Google Maps, pero lo del Viaje Astral me parece ya de un irreverente total, junto con lo de las brujas con aspiradoras y escobas. También ocurre lo mismo con diabletes -no diabetes, que esa no vuela- y con dioses mitológicos alados, además de las hadas, de las que se discute su existencia, sí, pero ellas también utilizan el Espacio Aéreo junto al Peter Pan ese.
¿Por qué el organismo AENA y las Agencias internacionales de viaje no regulan estas situaciones en la que la mayoría de los consumidores quedamos desamparados?
Otro caso de abuso más flagrangte si cabe: los ángeles, los Reyes Magos y Sta. Klaus en invierno. No está nada regulado y siguen usando servicios irregulares (por no meterme directamente con ellos y decir que son ilegales) y no pagan nada en tasas ni de navegación aérea ni de ningún tipo.
El defensor de los consumidores, Facua, la UE y otros organismos siguen haciendo caso omiso a personas como nosotros-as y nuestros hijos-as.
También, se me olvidaba el servicio que las palomas y otras aves realizan transportando de forma gratis granos en sus patas y el Espíritu Santo, que vuela medio transformado en Paloma Santa, medio no sé sabe cómo. Todo esto debería estar muy regulado con la crisis que hay.
Además, recordemos a la Madre Naturaleza y a los bicharracos tan queridos nuestros como son la pardela canaria, el halcón peninsular y otras aves en peligro de extinción. Si estos nuevos mequetrefes que van por lo privado llegase a tocar a nuestros pájaros de siempre, no sé ni cómo reaccionaría. Tampoco sabemos si los rayos y ondas de los móviles afectan a los ángeles (buenos, malos o regulares), pero mejor lo dejamos para otro blog a ver si la gente opina algo y se queja.
Espero que alguien se haga responsable y multe a toda esta gente visible o invisible.

14 de agosto de 2014

La niña Arga Masa.

Hace muchos, muchísimos años, antes de que la Historia muy antigua se llamase Prehistoria, y cuando los continentes y los mares eran distintos a los de ahora, existió en el planeta Tierra una niña llamada Arga de nombre y Masa de apellido. Sus amigos la conocían por Argamasa porque así recordaban ese bonito nombre más fácilmente.
Argamasa vivía donde ahora está el mar profundo, muy cerca de las Islas Canarias, aunque en aquellos tiempos tan remotos, no se sabe bien cómo era el lugar donde vivía. Había plantas más exuberantes y grandes, más animalitos y agua que ahora. También había más frío.
Los padres de Arga se llamaban, en el lenguaje de aquellos tiempos, Cose y Dora. Se dedicaban a coser y crear materiales y ropa para las personas, las cuales eran algo distintas a las de ahora. Como había muchos restos vegetales de las plantas que caían y de animales que morían y dejaban su piel como si fuera un forro, podían unir trozos y hacer hasta grandes impermeables para los largos días de lluvia.
Los padres de Arga eran muy buenos y complacientes, pero un día, la pequeña Arga se enfadó con ellos porque ella no quería ser tejedora de los quinientos trajes por minuto como sus padres. Ella quería ser pintora de murales sobre piedra como su vecina Troca.
Ese día, Arga estaba tan triste que se alejó de las casas modernas (que así se llamaban) y se fue a la zona donde solía haber algunos buscatesoros. Estaba tan triste que ni se había lavado el pelo con jugo de algas marinas del olvido que tenía. Arga se escondió de una repentina lluvia y de unos rayos fuertes en una cueva y sin querer, tropezó con un cuerno enorme que jamás había visto ni ella ni nadie.
A los dos días (y un día para Arga -la tierra giraba más despacio en ese entonces y la gente no se mareaba tanto como ahora-) la niña se lo contó a un amigo suyo llamado Gala de nombre y Xío de apellido (aunque todos lo llamaban Galaxio). Galaxio se dirigió con Argamasa por un lago de aguas termales con olor a minerales en donde se solían bañar en las zonas más frías casi todos los días. Tomaron una balsa redonda que era una semilla de una especie de coco de la época y remaron hasta el lugar del cuerno. Con la misma pala, Galaxio movió la tierra que estaba muy fría. Su amiga lo ayudó y empezaron a ver unos huesos. Como se asustaron, llamaron a los cazatesoros,  que sin musitar palabra, desenterraron todo el resto de huesos. Habían encontrado a un dinosaurio, pero en aquella época se supone que los primitivos de antes de la Prehistoria no existían, y menos aún podían encontrar a un dinosaurio mediano enterrado en una cueva. Tampoco era posible que los hombres y mujeres aquellos le regalasen a los niños cosas muy valiosas y que les hiciesen fiestas, porque entonces la Historia de hoy en día no tendría sentido, así que vamos a imaginarlo todo.
Argamasa y Galaxio se hicieron famosos en todas las, digamos, "tribus" y pueblos de esos tiempos. De mayor, Argamasa pintó en piedras de todos los tamaños y formas a otros dinosaurios que siguieron encontrando en esas tierras. Arga había convertido a su aldea en un lugar muy famoso y visitado por todo tipo de seres, habitantes y microorganismos. Desde entonces hasta la eternidad fue inmensamente feliz. Fue la pintora más popular, famosa y fundamentosa de todos los tiempos de épocas que nunca han sido conocidas.
Miles de siglos más tarde, en estos nuestros tiempos ultra-modernos que no paran, unos expeólogos  y unos submarinistas margulladores encontraron por casualidad unos dibujos de varios colores, formas y dimensiones sumergidos en unas charcas de La Cueva de Los Verdes, en Lanzarote. Allí, se montó la de San Quintín y, desde entonces, siguen discutiendo por móvil y por carta que si los dinosaurios vivían o no junto a las personas o no. Como no se leyeron este cuento, siguen discutiendo y haciéndole tantas pruebas a las piedras que ya las tienen desgastadas.
Lo que no saben es que de esas hay por el mundo entero, ya que la Niña Argamasa fue tan famosa y querida que la imitaron pintando machangos con escafandras, gorros y sombreros, ojos enormes, etc. Esos niños de aquellos tiempos súper-remotos tenían igual o más imaginación que ahora y, ¡claro! Me parece a mí que se pasaron de la raya y ahora los científicos no se aclaran.
Es curioso, niños, niñas y mayores, pero hoy en día se emplea una palabra llamada argamasa para trabajos de escayola y demás. La misma palabra, significaba hace muchos años "lugar público". Debía ser como una plaza o un parque hoy en día.
Y colorín, colorado, este cuento se nos ha acabado.

CGFL. 2014.

6 de agosto de 2014

El Decamerón de Boccaccio más alegre. Diferencias con Chaucer.

En las pasadas décadas de los ochenta y noventa del siglo XX, se interpretaban casi siempre todos los capítulos del Decamerón como episodios de piezas teatrales satírico-burlescas o bien escritos de índole picaresca de la Italia medieval.
El haber leído detenidamente los Cuentos de Canterbury de Chaucer muchos años antes que el Decamerón y, además de haberlo estudiado, haber repasado otras críticas, resúmenes y tesis de algunas personas que terminaban carreras de humanidades y dedicaban sus tesis a Chaucer como autor de su obra magistral, me hace pensar en las diferencias entre ambos autores. No sólo hay matices distintos porque habían vivido en lugares diferentes, sino por la forma y el fondo que utilizan y por la filmografía moderna de los años ochenta (que me parece algo acertada en ambos autores, aunque demasiado limitada en cuanto al fondo y tal vez excesivamente imaginativa y subjetiva por parte de Pier Paolo en cuanto a la obra de Chaucer). Siempre, sin duda,  un libro nos guiará a través de matices y sentidos que una película no puedrá nunca alcanzar.
Imagen de la película homónima de Passolini
Ambos textos son un reflejo de la sociedad de la época, sí, pero en el Decamerón, la Iglesia Católica, las clases sociales y la diferencia entre hombre y mujer, joven y anciano, ciudadano o campesino, los primeros burgueses  y los nobles son muy acentuadas.
Mientras, las mujeres o las damas se quedan en casa en las historias del Decamerón y viven auténticas aventuras en sus paseos o en la calle (no como las monjas o las mujeres de la ruta a Canterbury que escribiera Chaucer). Las mujeres de Boccaccio son más avispadas, a pesar de estar en un ámbito machista o protector y no tan libre y menos descriptivo como en el de Chaucer. Éstas se desenvuelven bien entre su clase, con sus criadas si son de clase más pudiente y forman grupos de ayuda entre ellas y entre los entes sociales de los que forman parte para ganarse el pan y mejorar la calidad de sus vidas.
Sin embargo, en Los Cuentos de Canterbury, cada historia o capítulo se desarrolla de forma más independiente y, por lo tanto, con más soltura y posibilidad de improvisación en algunos casos.
Éstos, son también muy satíricos, con un contenido sexual no tan explícito y menos provocador, con un desarrollo de forma más corta e intensa que en el Decamerón, que extiende esta temática de principio a fin; incluso mezclando lo onírico con el más allá y las penas del infierno "que no son pecado por haber practicado la fornicación de la clase que sea". Se da a entender al lector que es más condenable a los ojos de la cohorte divina el homicidio, el asesinato, la falta de piedad, la maldad y la falta de misericordia cristiana que el propio acto sexual o el amor incondicional, que es parte de una vida mísera a veces, por las condiciones en las que viven algunos personajes. Un claro ejemplo podría ser el caso del joven que cae en el pozo de deshechos, engañado por su "nueva hermana". También, el de los ladrones de joyas a los obispos fallecidos o el del cura que desea hacerle "el truco mágico de la burra con la cola" a la esposa de su compañero de viaje. A parte de ese episodio, tenemos el del convento y el chico mudo que revoluciona a las monjas con sus labores tan discretas pero tan eficaces en el día a día. En cuanto al engaño y al asesinato vil, tenemos el ejemplo claro del sirviente, fiel amante de la dama, que queda expuesto como un delito cruel, vil y pecaminoso ante los ojos de Dios.
Boccaccio, como buen conocedor de su sociedad, al igual que Chaucer, nos deja ver a través de estas y otras historias cómo pensaban, se comportaban y actuaban algunos de los suyos en esos tiempos. Sin duda, destacan la falta de educación, la influencia total de la iglesia y de los aprovechados de la ignorancia ajena. A pesar de todo ello, en los capítulos finales de la consuegra y el amante que apenas descansa, se podría decir que se realiza una labor pedagógico-religiosa, aunque no sea la misma que la de los designios de la Santa Madre Iglesia, pero sí cercanos a los de Dios. El "¡no es pecado, comadre!", que se refiere a que en la otra vida el sexo no es pecado, tal vez sea la respuesta lógica ante el asesinato del criado, que sí es pecado, por haber sido premeditado, fingido y también oculto -como si Dios no lo pudiera ver-.

21 de julio de 2014

5 de junio de 2014

Educación y Cultura en España: ¿Otra vez lo mismo?


                                       Ninis, maquinitas, cultura y otros temas que te deberían interesar. 

Nuestra generación, la famosa generación de la Transición española de los años 70 y 80, también ahora llamada Nini, la anterior de la posguerra y la que la crió y, más aún -por el auge de las nuevas tecnologías- la de los 90 y principios del siglo veintiuno (creo que también forma parte de la Generación Nini), ha sido y sigue siendo la mejor preparada de toda la Historia Moderna y Antigua de Europa. Si los estrategas y gobiernos actuales no quieren darse cuenta de que la merma en la Cultura (con mayúsculas) terminará sin duda deteriorando al país entero y a la civilización en su conjunto, allá ellos.
Deberíamos hacer como antaño y de padres a hijos, esto es, de una generación a otra, sin importar la clase social o el tipo de familia o sociedad a la que pertenezcamos, concienciarnos de que ésta es la única y última oportunidad. Si ahora no cogemos las riendas de la cultura, la cultura propia, la comunicación oral, la escrita, la educación que no se aprende en las escuelas pero que es muy valiosa por su contenido, ¿quién lo va a hacer?
Es cierto que muchos países que antes eran mal-llamados "subdesarrollados" o "hiperdesarrollados" no lograban vencer todos los obstáculos o generaban noticias que a mí personalmente no me convencían (en el 2º caso, como en el Informe Pisa, basado en pruebas sin sentido). Sin embargo, tal y como se están presentando los nuevos desafíos: ¿importa mucho la cantidad de trabajo o la calidad? Importaba lo segundo y algo de lo primero (y creo que se había conseguido en gran medida).  Deberíamos estar más atentos a nuestros mercados y ver que éstos no se mantienen solos, per se.
Observemos cómo se desarrolla el más que gigante chino. Se ha desbordado y lo ha hecho con su propia cultura... No ha impuesto nada a nadie -de occidente- y hay que ver a nuestros amigos con admiración, ya que han conseguido trabajar más allá del límite, pero sin perder totalmente su cultura: ni la local ni la estatal. Bueno, sinceramente, no se puede estar compitiendo a ese ritmo y, a la vez, dejando atrás a sus pensadores. Es cierto que vienen de una dictadura y que no es ningún modelo a seguir, pero, me he dado cuenta de que en la llamada materia prima, han triunfado, pues la hacen más rápidamente, efectiva y competitiva. De ninguna manera justifico esto. Va en contra de los Derechos Humanos. Sin embargo, si no hubiera sido el Gigante Asiático, junto con algunos otros países, ¿quiénes hubieran sido en su lugar? ¿Vamos a seguir dando tumbos ante el intransigente FMI? ¿No es preferible elegir modelos alternativos, no revolucionarios, pero sí más humanitarios y que vayan a una velocidad acorde con la nuestra? Sinceramente, creo que nosotros ya no nos podemos ajustar más a  ese reloj impuesto por personas sin escrúpulos. No soporto ver el cómo donde trabajaban 5 o 6 personas ahora trabajan 2 o una sola...
Lo cierto es que si aquí en España seguimos alimentando el mercado por el mercado y abandonando la investigación, el arte, la tertulia de café, los bares, la música (el ocio como hasta hace poco lo interpretábamos a la alternativa al trabajo) la variedad informativa, el intercambio de libros (o revistas de pasatiempo, que lo importante es mantener las mentes vivas y no como ahora), y si seguimos durmiendo a los pequeños y  con un excesivo número de maquinitas -no pasa nada por evadirse con algunos juegos de vez en cuando, que son niños-, en vez de generar en ellos un creciente deseo por lo que pudieran ser de mayores o avivar su curiosidad, pues ya veremos, como dicen los pabloiglesistas y demás candidatos que "el dinero no se puede comer" o cómo cambia este bien de manos de un día para otro. Yo no lo sé,  y cada día me interesa menos la política, pero no así mi sociedad, la nuestra. Si siguen privatizando por privatizar, y lo siguen haciendo con la materia gris y con el bienestar y la salud de las personas, tendremos que inventar un mercadillo de sueños que no sea la discoteca del fin de semana, sino la feria de la cultura y la universidad del lápiz y el papel. En mi caso, Canarias: ¿volver a alfabetizar? ¡Pues no! Lo siento, pero otra vez no. Aprendamos algo nuevo antes de irnos a dormir. Gracias y hasta luego. Viva la bandera de la Paz. Lo demás ya se verá.

1 de junio de 2014

Poema de Domingo.


Eres como el sándalo suave,
Que con los violines que escucho,
Se derrama por los visillos,
De las soleadas ventanas.

Como fuerte colonia engañosa,
De tienda indoeuropea,
Penetras en mis narices,
Confundes el aroma con tus matices,
Y me dejas caer, olor nauseabundo.

¡Pensaba que eran jazmines,
Aquello que sólo son alcoholes!

¡Mujer bandida, que con tus hollines,
Disipas el talco de mis cojines!
Limpia tu casa, deja la mía,
Que tu tabaco  a chelines,
Espanta los pájaros de mis jardines.

GFL
2014.

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