1 de agosto de 2015

"Blanquillo y los 8 gatitos" (Cuentos sin Rumbo).

Blanquillo y los ocho gatitos. (Cuento de guasa).

Érase una vez un chico que estudiaba rezos y sermones. Su nombre era Blanquillo, ya que su rostro era puro y limpio cual los suelos de mármol de su amigo el Príncipe, del Reino de Nievespu.
El Príncipe Síman era un hombre noble y muy bueno, que gobernaba para bien en toda la Comarca, casado con una tal Blancanieves de los Cuellos Altos, pues cuenta la leyenda que sus antepasados llevaban unas camisas de cuello ancho y de sastrería muy anticuada. La muchacha era también buena y amable como un turrón, pero siempre se tapaba con medio velo, pues era demasiado famosa. Eres malpensado si crees, al leer esto, que me refeiero a algo raro sobre su silueta. Es tal y como escribo: que llevaba los cuellos altos.
Blanquillo siempre se preguntaba por qué Blancanieves, la joven princesa, siempre intentaba desaparecer: ¿será que es fea? -pues no, repetíase tras rezar en alto una oración- que la había visto en el baño desnudita y era guapilla- se contestaba él sólo. Blanquillo prefería los suelos de varios colores, tal cual y no los de pintura blanca, como se estilaba en aquella corte. Entonces, el príncipe le preguntaba: -¿Por qué rezas ahora, sin venir a cuento, Blanquillo?-
Cuando era pequeñín, en el parto,  había nacido blanco, cual la nieve, pero sonriente como él sólo. Era tan bonito y guapo que las chicas y gentes corrían tras él arremolinándose y formando coros. Esto hizo que Blanquillo se retirase a los llanos y praderas a decir misas a cambio de oro y pequeñas cantidades de miles de monedas. Tenía una casa moderna y hacía merengues, pastas y pasteles, pero eso sólo lo sabían Blancanieves, el Príncipe y algunas personas de alcurnia del pueblo y algunas aldeas vecinas. Era su casa modesta, grande pero sólo con veinte cocinas, amueblada pero sin polillas, bien pertrechada pero con almohadillas...
Solían beber muchos licores en copas pequeñitas, con unas pastas de té para acompañar. Estas pastas las hacía el futuro pastor de misas y plegarias personalmente en su modesta casita (en las noches oscuras a solas, con su gran velón y su  libro algo mágico, con grandes viñetas de colores y paisajes relacionados con su cocina y su baño con motivos pastorales).
Las tardes del viernes, las pasaban todos juntitos comiendo pastitas de té y removiendo pizcas de nata. Luego, bebían de las copitas de licor y comían pastas y galletitas, hasta que se enteró la bruja Mar, que copió esta costumbre en su gran casona de Rones. Allí, iban a visitarla dos viejas roqueras con bastón que decían "que el rock nunca moría, que el rock siempre vivía, ¡viva el rock'n'roll!"Y nada más decirlo se quedaban dormidas como troncos y roncando.

De la envidia que le entró a la Bruja Mar, cogió una cesta con alfajores, turrones y chocolates de licor (envenenados, caducados y de los más baratos, claro) y se los fue a llevar al cura-pastelero, que estaba cansado de comer dulces, y  que por aquél entonces ya era casi una eminencia dando sermones. Todo de una vez; y "se marchan ustedes para su casa. Amén".
"¡Toc, toc , troc!" -sonó en la puerta- El pastor abrió la puertecilla asombrado y exclamó: ¡A estas horas! ¿Pero quién será, el molinero? ¡Virgen Santísima! ¡San Wenceslao! ¿Pero quién será? Y abrió encontrándose con ... ¡Un enanito y siete gatitos; miau miau! -¡Cosa rara!- Pensó para sus adentros más íntimos.
No era un invento de la bruja, como algunos pensarán, no, no. Era un enano de un circo lejano que actuaba en un teatro con los siete mininos y que se había perdido en el bosque, apareciendo luego por aquellos parajes recónditos. La luz de la luna lo había llevado hasta allí y había tocado para pedirle agua, zumos y leche frita para los gatos.
El pastor Blanquillo respondió al enanito: ¿Acaso cree usted que yo tengo una vaquería? ¿Viene usted con Rómulo y Rémulo, desde Roma, para que yo, humilde de mí, los alimente?
El enanito, asustado y asombrado, huyó despavorido, sin darse cuenta de que iba directo hacia la casa de la malvada y avarienta bruja Mar. Allí, ésta les abrió la puerta y les sirvió leche, dulces, refrescos y hasta embutidos. Cuando dormían, les puso espray para que despertaran muy malhumorados. Tan mal se despertaron, que se fueron por donde habían venido y no recordaron que Blanquillo les había prometido ir a una lechería y visitar un palacete con jamones serranos, hamburguesería, yogures y quesos varios. Además, había dicho que todo lo iba a pagar de su bolsillo porque le encantaba el teatro de Lope, de Las Vegas.
Entonces, la bruja, disfrazada de jovenzuela admirable con lazo cordobés en la cabeza, tocó con mano diestra la puerta y le dio fuerte a la aldaba para que se oyese, ¡hala! Ella, muy dicharachera, va y dice: "Que me' he tropesao con un enano y me ha dao por vení pa'quí que estoy mu'mala mu'mala y solaaa, hijo".
Blanquillo, por no echarle la puerta encima, le respondió con su mismo acento andaluz granaíno:
-¡Pues entra pa'dentro hija, ay, qué pintas! ¡Yas tás tardando, quilla! La bruja se rió con tantas ganas que se le cayó el disfraz y todo el careto y ¡cataplán! El cura se dio cuenta pero no dijo nada sino que pensó como una vieja hubiera pensado. Además, se dio cuenta de que había nombrado al enano y que traía el corsé y el abrigo lleno de pelos de gato y plumas de ganso desplumado. -Había hecho una sopa de ganso y esos gatos se han divertido de lo lindo en la cocina -pensó. A todo esto añadió: -Siéntate, que te preparo un filete empanao, niña ¡Como tá la cosa mu mala, encima eso!
- Y le dio unos boquerones mientras tanto, para que fuera abriendo boca. La bruja se fue olvidando de que era jovencita y se fue envalentonando, de forma que se le notaban las arrugas y también las verrugas. Empezó a perder la compostura y dijo así: Mira, Blanco, ¿quieres mis ricas sandías en cesta? ¡Uy! ¡Pero qué digo! ¿Quieres manzanas? ¡Traigo manzanas! -empezó a gritar en voz alta-.
Blanquillo, algo boquiabierto, se quedó pálido y miró. Como la bruja se dio cuenta de que la había descubierto, lo intentó estrangular con el pañito de las gafas que encontró a su lado, pero como no pudo, desistió. Le pegó con la tapa de la cacerola, pero Blanquillo se defendió con su "espada-tenedor".
Mientras, entraron de repente los gatillos del enanito por la puertezuela, y se le echaron a la bruja sobre los pelos y por el cogote. El enano, Telmo, la tumbó en la alfombra de teatro y le esparramó el azúcar sin darse cuenta, casi una saca entera.

Ocurrió lo inesperado: La bruja, mala, envidiosa y algo ligera de sesos, se empezó a volver amable, risueña, alegre mas inteligente como nunca antes. Se levantó y besó con ternura a Telmo. Tan bien le sentó el azúcar, que empezó a dar clases de baile en su casa y dejó su mala vida de costura, abstinencia  y vaguedades de otros tiempos medievales. Empezó a hacer dulces, a comer fruta y a cuidar su figura. Se sentía renacentista y barroca toda ella. Se compró un acordeón y tocó para el gran público, en salas y con pantalones.

Así, de esta manera, se casaron locamente enamorados Telmo y la maravillosa Mar. Tuvieron dos hijos y no por azar. Pusieron una roulotte junto al hogar y más cosas. La bruja se hizo medio-hada y empezó a querer un poco a los animalitos y seres del bosque, aunque seguía siendo algo descuidada. Ambos amaban a sus hijos como si fueran recién nacidos y los mimaban todos los días. La gente la admiraba porque era estupenda, menos en el taller, que era una loca como una cigüeña, ¡eso sí! -decían las malas lenguas- "esta mujer, cualquier día estalla un artefacto y nos mata todos".
Sus amigas del grupo de rock se enfadaron con ella y se metieron en uno de "heavy-metal", pero no aguantaron ni una tarde, porque los jóvenes tocaban tan moderno y fino, que se quedaban las dos dormiditas y enamoradas de la moda juvenil. Mar sólo hacía mucho ruido en su taller con las herramientas. A veces, reparaba los juguetes del niño Rolls y la niña Royce.
El aparato de Mar nunca llegó a estallar, sino que el molinero incorporó el motor con Rolls y Royce, que Mar ayudó a construir contentísima. Como sus aspas no batían y el motor seguía moviéndose, a los dos días, estalló con un gran estruendo, con veinte caballos dentro, y se llenó todo de nívea harina. Nadie resultó herido, ni nada grave pasó, pero desde entonces el pueblito pasó a llamarse Blancaharinas del Molino. Los sacos fueron volando al Cielo y cayeron porque un ángel no los aguantó más. Los caballos Pegaso se convirtieron en remolinos de hielo y nieve en las alturas en honor de Jesús el verdadero Cristo.
El nuevo cura, pastor o sermoneador solía ir noche sí, día no, a casa de Telmo y Mar, pero prefería guardarse las copitas de licor (flojas de alcohol, decía) para acompañar con las pastas de Blancanieves y el príncipe Síman. Los tres eran casi uno por tanta amistad cultivada y tantos ratos de copichuelas.
Al final, como todo era blanco, Blanquillo se cambió el nombre por Otto, Blancanieves por Chus y el Príncipe se quedó como estaba, feliz aunque dudoso del nombre de Blancaharinas. Quería ponerle Negrotón, pero la princesa le dijo que no, que ese era un nombre feote para un pueblo de cuento, que para eso le pusiera Rojo o Verde y que colorín, colorado, ¡este cuento, se ha acabado!

N. B.: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Esto es así porque no hay gente que se llame Blanquillo ni nada por el estilo.

27 de julio de 2015

Razonamientos (Opacos o transparentes).

Un abogado me contó una tarde tomando un café que, para poder denunciar algo, se debían aportar pruebas fehacientes del hecho. Las denuncias o simples acusaciones debían estar muy motivadas y tener una serie de pruebas. ´Si estas no existían, se podía considerar que la persona que declaraba tal o cual perjuicio estaba o mintiendo o percibiendo cosas inexistentes, salvo para este. Siguiendo este razonamiento, se podría lograr una buena resolución del juicio, si tuviera lugar. Me pregunté, entonces, cómo se recogerían pruebas ante agresiones de cualquier tipo, ante maltrato de género, ante accidentes (sin cámaras o sin testigos), cuando, en una situación extrema concerniente a Derecho Penal o el caso que fuere.
No soy experto en este tema y Dios me libre, pero sé algo, puesto que leyendo la prensa y los libros se aprende algo. Cientos de casos que suceden y han sucedido a diario no tendrían solución, ni se revisarían si la Ley fuera tan estricta. La única vía, sería que la persona que ve u observa un hecho se lo inventara porque sí ¡Vaya! No habría apenas denuncias, ni casos de mediación judicial, ni siquiera delito… No hay pruebas y no hay motivo aparente para que nadie le haya hecho nada a la persona que intenta protegerse de una agresión o de denunciar algo que le está pasando[i]. Además, para más inri, los delitos prescriben, he escuchado decenas de veces.
Se acabaría así con todos los procedimientos judiciales, ya que no hay o testigos o pruebas ¿Nada que demostrar? ¿Ningún testigo?
La jurisprudencia y los hechos que la sientan demuestran lo contrario. Existen las pruebas no físicas o psicológicas, el daño o beneficio hecho a posteriori, el perdón, el pago de una deuda compensatoria y demás alternativas.
Un caso que acaeció en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y que, a priori, parecía imposible de ganar (ya que constaba sólo de testimonios orales) generó una ola de noticias, rabia y expectativa social de tal calibre que ha hecho Historia en el mundo del Periodismo Social y Reivindicativo, además de en el de masas y en el amarillista. Se trata del “Caso Kárate”.
Lo que en principio parecía imposible de demostrar; algo que una chica muy joven empezó a denunciar a un profesor (que sí la creyó y que gracias a él logró salir adelante y abrir un enorme proceso y evitar más violaciones físicas y psíquicas) y que ni siquiera los padres de la mayoría de los deportistas jóvenes sabían y que funcionaba “tipo secta” –ya lo cuenta con detalle y con letra cursiva para no herir sensibilidades el libro de Marisol y Toni Ayala- comenzó en un mes del invierno de 2012, si no el 2011 (no lo recuerdo con certeza). Lo cierto es que a finales de año, las sentencias estaban escritas, el tribunal había decidido y el principal cabecilla del Caso fue condenado a larguísimos años de cárcel. No sé cuántos, pero el público se contentó con la pena. La que fuera su esposa no corrió tan buena suerte y fue condenada, aunque había sido una víctima de éste condenado y maligno ser. Sin entrar en detalles escabrosos o de índole sexual, declararon muchos adultos que habían sido niños (algunos con biombo, sin mostrar su cara y de otras formas. Contaron todo al pie de la letra, de memoria… El corazón de muchos otros se fue ablandando y testificaron más, hasta que el cabecilla (que decía que era “totalmente inocente 100 %”) se fue desmoronando, aunque no lo dijera.
Todo esto gracias a los reconocimientos psicológicos, físicos y psíquicos que sirvieron de prueba, pero más a los testimonios, que fueron el diamante del Juicio y que, al coincidir en descripciones, frases, mandatos, órdenes y otros relatos de chicos y chicas que no se conocían entre sí, más el testimonio de los padres que sí lograron ir a ese juicio, detectó que no había sido ningún invento de los chavales o de personas ajenas a ese Club que el jerarca tenía montado. Eso es lo que dicen.

Año 2010


    26 enerouna adolescente confiesa a su profesor que ha sufrido abusos en un chalet de Fernando Torres Banea, excampeón nacional de kárate, figura de este deporte y responsable de una academia de artes marciales de Gran Canaria en funcionamiento desde 1981.

  • 29 enero: el Grupo de Servicio de Atención a la Familia de la Brigada Provincial de Policía Judicial denuncia los hechos ante el Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria.  Copyright: RTVE.
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    24 mayo de 2012declaran los primeros testigos, empezando por la adolescente que puso en marcha el caso, que explica que decidió denunciar los abusos que había sufrido para evitar que pasase por lo mismo otro niño, el hermano de una amiga al que iban a matricular en la academia de Torres Baena.
       14 junio de 2012: tres testigos aseguran haber formado parte de tríos e incluso           
de quintetos sexuales por indicación del principal acusado, al que admiraban "como a una estrella del fútbol". Fuente: RTVE. 2012.




20 de julio de 2015

Poemas: "De Sueños".

"De Sueños".

De gentes que ya no existen,
Están todos mis sueños llenos,
De personas que no sé si vivas o muertas.
De angustia, mas de canciones,
De juegos y de rescates,
De submarinos potentes,
Que una civilización perdida y yo,
Sabemos llevar por las corrientes,
De un Atlántico fiero.

Aviones enormes,
Con amigos y amigas,
Que con ilusión se embarcan,
Y que pronto elevo, a otras capas, a otros campos.

Salvados del peligro, llegamos de Gran Canaria al Hierro,
Y del Hierro a otras islas,
Pues doblando el paseo,
Aparece ese Hotel tan famoso,
Que una vez construido,
Sufrió temporales y se inundó en Arrecife.

Luego, llego a casa de mi tía, la casa que no sé,
Yo me pregunto, ¿existe o la derrumbaron?
No, pues existe, ya que estoy y suena ese timbre,

El coche conduzco,
aunque no siempre responde,
Sube alturas enormes y nunca cae,
Pasa por lugares y ciudades inimaginables,
Pero que sólo yo conozco:
La heladería antigua con el sótano de asesinatos:
Pregunto a mis padres pero no se dan cuenta,
Siguen pidiendo dulces en el mostrador obscuro.
¡Los de carne no! Pero no se enteran.
La Catedral, enorme, con fuentes, pilares y varias tarimas,
Donde puedo dar mis propios discursos.
Tras una cortina, otro cura me deja,
Una señora medio loca que no sabe prender el incienso,
Ni que hay estatuas orientales.

Subo a otro auto más antiguo,
De palancas, ligero,
Los cráteres hundidos, que siempre han estado,
Que para no ir pensando en ellos,
Bordeo, sigo, me bajo y llego a Las Palmas.
Ya estoy en el camino que lleva al herbolario.
En la otra zona de Vegueta, no la de siempre,
La que tarda en encontrarse.
Aquí la vida es distinta; muy tranquila.

Suele venir gente sonriente,
A tomar helados y comprar remedios,
Saludan a los extranjeros,
Y hablan conmigo.
A veces, paseando, se llega a San Mateo,
Ya que por la Avenida vieja con barandillas,
Pasa la carretera de principios de siglo,
Con la Escuela de Canto (de jóvenes alegres), perpendicular,
Ya por ella puede uno perderse,
Hay niebla, mucho frío, pero es el campo.

Así sigo el camino,
De vías rectas y varios estilos,
Antes de llegar a ciudades en obras,
Más hostales del Modernismo, oficinas de mármol,
Ciudades invisibles,
Que ocuparían otro poema más.

C.G.F.L.

18 de junio de 2015

Poem: 'Black Star.'


More than forty years ago,
I can hear your song,
Yes, 'I heard your voice,'
Something magical happenned:
The Black Star must have been waiting.

Waiting my dream and feelings,
To become alive, again.

In the past I am,
Listening to your music, voice,
Only in that place I know
Such voices sound like that,
When the first sunlight of the morning,
Heats the garden where I hold,
Near the flowers and plants,
The cup of coffee I can smell.

At least, I don't feel the loneliness
And I I've forgotten the present-time.
My family, and those years, remain all the same,
Thanks Black Morning Star,
We are all together again.

The car's out there,
Waiting for us; we're going to beach.

The same colours, the same smells, the same windy weather, again.
I turn on the radio and listen in perfect stereo "Tiny Sparrow".
The palms, moving free with the wind,
Behind, the mountain with the rock,
As ever, the mountain behind...

More than forty years ago,
I can hear your song,
Yes, 'I heard your voice,'
Something magical happenned:
In Lanzarote Island,
"El sol nació, murió la luna."
The Black Star must have been waiting.
Waiting my dream and feelings,
To become alive, again.

C.G.F.L.



"Negra Estrella". PicNic ('Tiny Sparrow'.)

15 de junio de 2015

"El Cuento Que Se Escribía Sólo."

Érase una vez un cuento que comenzó a escribirse solo.
Empezó en menos de un minuto, por ordenador, y se publicó también sólo por ondas, en varias páginas de las redes informáticas, aunque con mucha más fama en diversos libros y libretitas que se imprimieron solos en multitud de imprentas de diversos puntos del mundo. Esto pasó hace muchos años, pero aseguran que así fue. Yo no lo sé, pero me lo dijo una escritora de buena fe.
Dicen que se reunieron el Prólogo, el Contenido del Cuento, el Desenlace, los elementos de ficción, las leyendas y los personajes principales en una enorme sala con ventanas ojivales, hechas en piedra.
En el centro de la gran sala, se disponía una gran alfombra persa con pequeñas mesas y sillas cómodas y servicio de meriendas para los Párrafos, las Líneas y las Palabras del Cuento.
Como era un Cuento de Paz, también fue invitada la Historia y la Novela, así que todos sonreían contentos como ellos solos.
A través de las ventanas, de cortinas de tela sedosa, se veían paisajes de un brillo desmesurado. Según iban pasando las primeras horas de la mañana, se iban distribuyendo los Personajes, junto con los Resúmenes, las Moralejas, las Fábulas, que, por cierto, estaban bien pertrechadas con corbatas de verde pradera, pantalones de pana, camisas de tela marinera y perfume de tulipanes irlandeses.
La música sonaba en un pequeño escenario al fondo, entre un par de columnas corintias y un friso de fondo ordenado y simétrico.
Mientras merendaban dulces y frutos secos  o almibarados, bellas doncellas con bigotes de felino se colaron desde otro cuento y repartieron libretas pequeñas de colores.
Finalmente, llegaron lápices, bolígrafos, plumas, rotuladores y otros materiales de distintas partes del mundo, y empezaron a escribir en estos papeles que antes nombramos. Así, se dibujaban las letras, palabras y frases que iban formando un cuento muy divertido para niños y mayores.
Cuentan que en esos cuadernos, terminaron una Gran Historia que ha llegado hasta nuestros días. Todavía existen lugares con seres coloreados que imprimen sin parar miles y miles de libros del Cuento que se escribía solo: Va cambiando de páginas y de letras sin parar y cada vez va más y más rápido.
Y colorín colorado, esta historia se ha acabado.

13 de junio de 2015

4 Músicas de Colección: "La Balanga"

De los años setenta de la década pasada, estaba buscando durante casi una década aproximadamente esta canción de la que no sabía ni siquiera su título. Se llama "La Balanga". Había escuchado algunas versiones en cinta cassette provenientes de Single Plays.
La encontré en las prodigiosas redes de Internet (en YouTube) hace más de un mes, y hago honor a los editores que en éste figuran.
Encontré el repertorio que se escuchaba en el más que conocido avión supersónico que cruzaba el atlántico, el Concorde.
Aquí les dejo algunas muestras de esta melodía bailable llamada "La Balanga", del grupo Bimbo Jet, más tarde reinterpretada por Franck Pourcel y que consta también con otras versiones distintas, de otra en la que aparecen bailarines junto a un vocal que anima a éstos al baile, que parece ser de 1974.
En los años noventa, que fue cuando hice un par de copias de esta Balanga no encontré ninguna copia de esa vieja versión tan manida y re-escuchada aquí, en España y sus regiones periféricas. Y es que El Bimbó  o El Bimbo es tan conocido que eclipsó y absorbió a esta pobre y olvidada Balanga que tantos años permaneció oculta y casi desaparecida del panorama musical setentero.

Bimbo Jet. "La Balanga".

Vídeo en color. "La Balanga". 1975

Franck Pourcel. "La Balanga".

Vídeo del programa de TV Música Libre. "La Balanga".





1 de junio de 2015

Poema: "Un lugar bajo el sol".

Paseo en un lugar bajo el sol,
Y con el sol delante,
Por bandera un par de nubes,
Y cubierto de mi sudor,
Diviso los bancos de mi ciudad.

Sigo la meta de terminar el día,
De encontrar un lugar,
Un lugar limpio,
Donde las ratas o las palomas,
Me dejen dormir un sueño de vino malo,
Y el dolor que ningún santo jamás sufrió,
Se diluya con las lágrimas de mi hambre.

Entrada destacada

Suzi 4, The Rolling Stones and Totalitarism.

Last September, I was looking for some good music to listen to, when I heard something I was fascinated for: What it was? It sounded like...