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Mostrando entradas de agosto, 2014

Los derechos del pasajero.

Recientemente, leía unas publicaciones antiguas de la Comunidad Europea sobre los derechos y deberes del pasajero. Dejando de lado los sucesos de índole morbosa y las catástrofes, ¿hemos ganado o perdido derechos? Indudablemente, lo segundo. Comentaba una amiga el otro día conmigo, que había hecho un viaje astral hacia un lugar cercano a donde me encuentro ahora. Después de pensarlo sin darle importancia al hecho, me pregunté si eso era legal o no. Me parece injusto. Unos pasajeros estamos pagando seguros, sobrepeso de equipaje, billetes por mar y aire que nos salen un ojo de la cara y luego ¿hay gente que se dedica a viajar astralmente? Me parece una competencia desleal por parte de las empresas que les enseñan a viajar así. Ya había tenido estas discusiones con los que realizan viajes 3D o vía Google Maps, pero lo del Viaje Astral me parece ya de un irreverente total, junto con lo de las brujas con aspiradoras y escobas. También ocurre lo mismo con diabletes -no diabetes, que e...

La niña Arga Masa.

Hace muchos, muchísimos años, antes de que la Historia muy antigua se llamase Prehistoria, y cuando los continentes y los mares eran distintos a los de ahora, existió en el planeta Tierra una niña llamada Arga de nombre y Masa de apellido. Sus amigos la conocían por Argamasa porque así recordaban ese bonito nombre más fácilmente. Argamasa vivía donde ahora está el mar profundo, muy cerca de las Islas Canarias, aunque en aquellos tiempos tan remotos, no se sabe bien cómo era el lugar donde vivía. Había plantas más exuberantes y grandes, más animalitos y agua que ahora. También había más frío. Los padres de Arga se llamaban, en el lenguaje de aquellos tiempos, Cose y Dora. Se dedicaban a coser y crear materiales y ropa para las personas, las cuales eran algo distintas a las de ahora. Como había muchos restos vegetales de las plantas que caían y de animales que morían y dejaban su piel como si fuera un forro, podían unir trozos y hacer hasta grandes impermeables para los largos días d...

El Decamerón de Boccaccio más alegre. Diferencias con Chaucer.

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En las pasadas décadas de los ochenta y noventa del siglo XX, se interpretaban casi siempre todos los capítulos del Decamerón como episodios de piezas teatrales satírico-burlescas o bien escritos de índole picaresca de la Italia medieval. El haber leído detenidamente los Cuentos de Canterbury de Chaucer muchos años antes que el Decamerón y, además de haberlo estudiado, haber repasado otras críticas, resúmenes y tesis de algunas personas que terminaban carreras de humanidades y dedicaban sus tesis a Chaucer como autor de su obra magistral, me hace pensar en las diferencias entre ambos autores. No sólo hay matices distintos porque habían vivido en lugares diferentes, sino por la forma y el fondo que utilizan y por la filmografía moderna de los años ochenta (que me parece algo acertada en ambos autores, aunque demasiado limitada en cuanto al fondo y tal vez excesivamente imaginativa y subjetiva por parte de Pier Paolo en cuanto a la obra de Chaucer...