20 de enero de 2019

"Sinner", 2009 y "Spotlight", 2015.

Sinner representa en el cine, algo muy similar a la premiada película basaba en hechos reales, Spotlight. Es el título de un corto israelí que narra una historia tan conocida en nuestro mundo occidental u oriental, sin barreras u ideologías, pero sí de religiones y abusos hechos en ellas: la pederastia.
Ha sido ocultada por muchas décadas y ha sido atribuida a gays, lesbianas y demás colectivos minoritarios, cuando que es el mal de las grandes religiones y nada tiene que ver con la orientación sexual o el género de la persona.
En este corto, "Sinner", el protagonista es un niño muy valiente e inteligente en el pensar y el actuar. Su vida es un drama, pero nos hace ver lo cruel de la situación y cómo salir de ésta.
Para un católico, sería como estar residiendo en un seminario, sin apoyo familiar, como es costumbre (a pesar de que nuestra religión mayoritaria se deshaga en alabanzas hacia la familia y, a la vez, la deshaga). Los judíos y palestinos no son menos, pues separan a este menor de el resto de la comunidad y lo destrozan física, espiritual y mentalmente.
No voy a ser nada condescendiente porque es ignominioso predicar una cosa y para colmo, proclamar que "no pasa nada" en una iglesia u organización (y eso ya es muy duro de por sí). Por eso, ¡basta ya de abusos contra los menores! Que los artífices paguen y lo hagan con más consecuencias, puesto que un menor puede ser listo, pero no consciente. La religión, en este sentido, se vuelve casi una secta maligna, una marca eterna para el infante. Esto no tiene tampoco nada que ver con política. Es justicia de vida, y la vida, digo yo, para los menores debe ser más alegre y gratificante, en pos de una madurez al menos, digna.
En esta película, aprovechando la práctica de la confesión (que también tenemos los cristianos) un rabino abusa sexual y moralmente de un niño, que resulta ser el más inocente y, a la vez, de los más despiertos del grupo.
No contento con eso, celebra el Shabath con refrescos y fiestas, mientras que el pobre muchacho va entrando a la fiesta con un peso y una culpa que no so suyos, sino inculcados por ese rabino tan excéntrico y amable a la vista de los demás, pero casi demoníaco desde que deja de estar en público y pasa a ser lo que en realidad es.
El corto es tan bueno que se explica per se.
Al verlo, nos percatamos de que no sólo los católico-cristianos somos los únicos que tenemos a este tipo de personas -especie de pulpos con cara de mansos corderos-.
Espero que, de una vez por todas, la Justicia con mayúsculas sea laica, que cada cual se pague sus caprichos espirituales (sean cuales sean) y que los países que dicen ser avanzados y democráticos vuelvan a ser tolerantes, sin duda, respetando todo tipo de confesiones religiosas, pero no tontas  en cuanto a la protección del menor y los menos amparados se refiere.


Este tipo de film me recordó a una de las películas más serias sobre la pederastia en la Iglesia Católica, "Spotlight",que está basada en unas parroquias corruptas originarias de Boston, y que recoge estos hechos desde los años 70, destapando los grandes abusos de las iglesias anglosajonas católicas de todo el mundo (con un círclo amplísimo que alcanza incluso a Australia).
Al estar basada en la realidad y cuestionarse el cómo se han sentido todas estas víctimas durante tantos años de silencio, intolerancia y dolor, la reflexión es inevitable. Paradójicamente, encontramos el mal dentro de la Iglesia o la religión y no en el espíritu de las personas inocentes.
Todo esto, responsabilidad exclusiva en mayor medida de la Iglesia Católica, debería ser reparado por ésta, mas vemos cómo también se sienten la impotencia y la falsedad.
Concluyendo, para no caer en el ostracismo sobre la impresión de esta pieza inédita, debo decir que no es una película muy gráfica o explícita, sino descriptiva, por lo que no existe el morbo que podría haber en el cine negro o en el cine documental clásico.

19 de enero de 2019

"SHAMPOO". 1975, USA.


Shampoo es el título de una película norteamericana de los años setenta del pasado siglo XX, pero basada en un argumento social, político y social bajo el que se esconden historias de amor, sexo, enamoramientos, compasión, amistad, soledad, grupos de amigos y, sobre todo, de la tan repetida búsqueda del Sueño Americano o 'American Dream' de los sesenta y setenta. Aparecen, además, crisis personales y sociales, pero sobre todo, historias personales que reflejan aspectos no intencionados de esa época.



Bajo un argumento político, social y arquetípico de sexo desenfrenado, algo flojo, se esconde la promesa americana del éxito, la soledad de las ciudades que crecían con desenfreno en los años cercanos a 1975 en la costa oeste (ya que no se pueden evitar capturas preciosas de esa misma época) y ¡cómo no! algo de la doble moral referida a 1965, pero también de mediados de los años 70 en la que el largometraje fue realizado (y no con mucho presupuesto).
Figuran las clases más altas de aquella costa californiana, algunos de sus políticos y sus élites, que vistos desde las décadas que han pasado hasta ahora son algo inocentes y bastante humanos respecto al cansino presente.
Los personajes, también tienen una especie de halo inocente respecto al presente, ya que representan su estatus social, pero se entremezclan con otros actores y actrices de diversa índole social y diversas personalidades.
La película, en conjunto, pudiera parecer algo artificial, aunque no se trata de la mala calidad de la actuación, sino de la originalidad de ese tipo de críticas sociales que empezaban a salir de nuevo a la palestra de la gran pantalla, de la falta de grandes medios de producción y a la naturalidad con que se mueven durante todo el film: es por eso que podría ser un ejemplo de una de las producciones más verdaderas y típicas, que otras tantas hechas a posteriori, ya que hay veces en las que la cámara capta las escenas tal cual, sin efectos especiales muy elaborados. Por esa razón, emana esa esencia típica de los 60 y 70 que hacía tiempo que no se veía ni en estas joyas, ni en las hechas ahora basadas sobre esos años.
Dice el refrán que 'para gustos, colores'. Puede que el que sepa apreciar bien el cine clásico se dé cuenta de lo que les cuento aquí, o puede que no.
Como siempre, gracias por leerme.

13 de enero de 2019

La casa del juego y otras aventuras.

Éranse una vez dos niñas preciosas y buenas, aunque algo traviesas, porque querían salir de un juego para entrar en otro. Ese sábado, Marta y Carla, después de comerse el puré, el pescado, la fruta y los flanes de postre, no encontraban a qué jugar. Convencieron a sus padres para ir a los Bosques de la Aventura del Invierno de después de la Navidad.

Marta y Carla, dejaron a sus padres en la entrada del campo, cerca del coche, y les prometieron que iban a venir pronto a por la merienda. Para distraerlos, les dieron unas piruletas de fresa y de chocolate a cada uno y así los dejaron medio embobados a cada uno -¡Qué bien!- dijeron canturreando. Marta les regaló además unos dibujos y una paleta de colorines. Los padres estaban medio enamoraditos así, y no se daban cuenta de casi nada. Les dijeron a las niñas que ellos iban después, más tarde. Ellas cogieron sus móviles para niños y ya está.
El aire fresco, la luz tibia del sol, las nubes frías y la gotitas de agua que daban en el cristal del coche hacían a los padres irse durmiendo más y más. Iban comiéndose las piruletas de las niñas para despertarse y dejaron que las dos se metieran en el bosque.
La hermana mayor, Marta, llamaba de vez en cuando al padre para decir que estaban "bien, muy bien, muy bien y requetebién" -les decía- y los dos mayores se olvidaban, poniendo música y haciendo las cuentas de la casa. La madre, también se distraía pintando los dibujos de sus hijas y chupando la piruleta de chocolate de Carla, que era la más rica de todas.
Mientras tanto, caminando por la hierba, Carla vio un caserón viejo abierto y entraron porque empezaba a hacer más frío.
Allí dentro, una muñeca de trapo llamada Lita, las recibió hablando en español, inglés, chino y sonriendo muy contenta. La muñeca era saltarina y parecía algo loca, pero no era mala, sino que estaba tan solita allí con su tía Solita que se divertía con cualquier visita.
La tía era algo anticuada y andaba todo el día con un tocadiscos bailando yeyé, swing y haciendo dulces para los que entraban en la gran casa.
La muñeca les presentó a sus amigos, el Caracol Gunto y el Perenquén Quen, que siempre hablaba con la lengüita fuera.



Contentos, empezaron a jugar con los juguetes que las niñas traían en una bolsa de los Reyes. El Perenquén Quen saltaba jugando al parchís y desparramaba las fichas por ahí. La muñeca Lita, tiraba el dado tan fuerte que rompía los vasos de la tía. Las niñas se daban cuenta de que no sabían jugar, pero se reían de las cosas que hacían Ken, Gunto y Lita. Luego, vino a jugar la tía Solita, que también fue a darles refrescos y galletas.

A la tía no le importaba que la casa estuviera desordenada, sino la fiesta y el jolgorio. Puso más y más refrescos y el tocadiscos a todo volumen. Cantaba algo del corazón contento y de que era una chica yeyé. Eso hacía reír mucho a Carla, porque Solita iba con un traje de flores como de cortina, unos botines rojos y el pelo hecho una gran coleta.
Los padres de las niñas se habían asustado todo ese rato porque ya no llamaban por móvil y las estaban buscando por un cultivo de papas, justo en la casita blanca de al lado, hasta que una señora del campo les dijo: -¡¿pero ustedes no oyen la música de la casa esa de allí?! ¡A mí me trae loca! ¡Esta gente de la ciudad ya no escucha ni la radio!-  llegó a decir la señora del terreno de papas.-



-Deben estar jugando con la chiflada esa de doña Solita,  mi sobrina- añadió la señora, mientras terminaba de hacer un gofio escaldado. -Tomen un poco de gofio para que les dé fuerzas. Aquí tienen unos vasos de hierbabuena para que entren en calor-. Así iba diciendo la señora Tomasa, porque ella era muy trabajadora y no dormía sino cuatro horas y siempre había sido una mujer de campo inquieta. Tomasa era buena y eso sí, algo gritona. También, les dio un cacho de queso de cabra para ellos y para Solita.

Entrada destacada

Suzi 4, The Rolling Stones and Totalitarism.

Last September, I was looking for some good music to listen to, when I heard something I was fascinated for: What it was? It sounded like...