26 de enero de 2021

"Objetos animados de una vida perdida".

Dejaste dos habitaciones vacías. Luego miré y vi tu peine rosa, pero no vi el bote grande de laca. Recuerdo, por cierto, cómo te vestías con esos leotardos negros y esa falda oscura para sacudir tu pelo como si fueras un caballo moviendo la cabeza, pero hacia abajo.
Yo te decía: no te eches tanta laca ni te quemes el pelo así.

Dejaste trozos de regalos, trozos de recuerdos alegres y ausencias que no se comprenden: Navidades compartidas conmigo, con tus padres, fotos con nuestro sobrino -y los regalitos que siempre le hacías-, fotos con tu tía, fotos con tu gato y el mío, la mochila que te regalé, la agenda vieja para tomar apuntes, un boli bic suelto, el regalo aquel de Star Treck (del que queda sólo una cacharra vacía), el juego de aceites y sahumerios que me trajiste de Barcelona, la radio con bluetooth, postales y escritos que no puedo ver más, alguna que otra carta y la promesa de tu llegada. Si veo esos objetos, recuerdo cómo te nos fuiste.
Quedaron desconsolados tus varios títulos o credenciales, como tú los llamaste en el trabajo para el cliente de tu hermana, que necesitaba saber cómo resolver un asunto relacionado con enfermedades y para el que te compraste un teclado de ordenador, ya que tu portátil hacía locuras y se te colgaba cuando menos te lo esperabas. Si el destino hubiera esperado a los Reyes Magos, hubieras sabido que tus padres te tenían comprado uno nuevo, y de buena calidad.
Aquí te recuerdo lo que tú misma escribiste. Espero ver algún día en papel esos título y guardarlos como oro en paño:

- Graduada en fisioterapia.
- Máster oficial en osteopatía.
- Ciclo superior en anatomía patológica y citología ginecológica.
- Exalumna de Medicina, habiendo cursado diversas asignaturas, constatables en mi                  expediente. 

Recordarás, estés donde estés, que a mí me dijiste esto hace un par de años. Por lo demás, mantenías siempre un halo de misterio respecto a tus estudios, pero no sabía exactamente cuáles eran tus especialidades. 
En lo que sí coincidimos, fue en lo de que fuiste Matrícula de Honor en el Instituto de Bachillerato Isabel de España, obteniendo también nota de sobra para entrar en Medicina. 
Ya me dijiste que Dª Emilia Lucendo hizo todo lo posible por darte esos honores, pero que alguna puerta giratoria giró demasiado y, en un sinsentido, no te dieron lo que bien merecías, por derecho y méritos propios.
Lo que más quedó, invisible,  la promesa y el espacio reservado en esta casa, porque ibas a venir, ¿no? Que si las cajas, que si tus títulos, que si el gato: ¿sabes que al final lo sacrificaron y no pude ni siquiera evitarlo? Soy un papanatas, lo siento. Eso sí, vi que en tu móvil abierto dejaste constancia de que te hinchabas por alguna retención de líquidos más y más. No pudiste salir con Sarito, le dijiste, a bañarte en Bajamar. Estabas tan demacrada y asombrada, a la misma vez, que no te atrevías a salir así y lo comprendo.
Me dejaste tu móvil con tu voz, tus imágenes y whatssaps, ya que ni siquiera pude felicitarte las Navidades como debía.
Ahora parezco un Sherlock Holmes descabezado en busca de alguna pista que me diga qué te pasó, en tu cama, muertita, hinchada, demacrada y putrefacta, aunque sé que tenías estupendas prácticas en anatomía forense, pero parece que tus amigos de la rama no me dicen qué demonios te pasó: no se sabe si gritaste, si dormías, si te faltó un medicamento, o si sufriste un infarto... ¿Dónde están las muestras? ¿Dónde el famoso examen del forense? Hasta que no lo lea, no te dejaré de encender velitas y rogarle a Buda y a Dios que te protejan de no sé qué cosas o misterios, porque morir en tu casa, hablar el 27 con tu tía y que el informe especifique el 26, como verás, no cuadra. 
Las pruebas de la Quirón de tu colonoscopia, ver efectivamente en vídeo, que acudiste y que allí se quedaron también esperando ser recogidas, sin resultado, ni pena ni gloria.
Duele, es bilis y lo temo más que mi propia muerte. Si pudiera despertarme mil veces y escucharte a la una, o a eso de las dos de la mañana… Sin embargo, no hay vuelta. Pasó y te cocieron “al horno” como en una panadería, pobrecita.
Adiós, mi hermana querida, adiós.

Ayer me encontré con otro peine tuyo de esos de rizar. Tiene tu ADN, y parece que dijera: aquí estoy, esperando a que venga Mirita.
La foto tuya con mi gato, que le ha encantado a todos tus amigos de Tenerife y Gran Canaria. Son tantas muestras de dolor, que decían que no podía ser, que eras demasiado buena, a pesar de tu propio calvario, a pesar del nuestro, de tu familia cercana, tus tías, mío propio, eterno y profundo; adiós, adiós. Ve con Dios.

































23 de enero de 2021

Subconsciente y sueños II.

 


Pequeño Ensayo sobre el Subconsciente y las Artes 2ª parte.

Como escribí en la primera parte, deberíamos reivindicar como parte de esa calidad de vida particular y de nuestro desarrollo íntegro como seres humanos, el poder expresar nuestro subconsciente.
En el arte moderno y en la posmodernidad, así como en el surrealismo, el subconsciente es una de las partes fundamentales del tema o temas principales, decía también anteriormente.
Uno de los ejemplos de la Literatura que para mí sigue siendo tan actual como el mismo Sigmund Freud o los que han transcendido hasta hoy mismo, es Virginia Woolf, que, sin darse cuenta (aparentemente para la gran mayoría) parecía verse ahogada por esos descansos obligatorios que le imponían sus médicos contemporáneos, por la imposibilidad de salir libremente al centro de London por sus propios medios.
Tampoco hacían caso de sus miedos, que parecían irreales y que fueron reales, ya que Londres fue bombardeada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial a base de bien... ¿Y por eso se reían sus empleadas de hogar, se mofaban de ella sus vecinas y la criticaban sus cuñados? Debe de seguir estallándose de risa en el otro mundo de esa sociedad victoriana insoportable. La familia Woolf fue la primera que tradujo las obras de Sigmund Freud del alemán al inglés. A pesar de ello, Virginia nunca quiso probar sus "tratamientos", ¿por qué habría de hacerlo? Vivía uno de los momentos más inestables de la Historia. No por ello, justifico su suicidio, en absoluto, pero fue su salida en ese momento.

Por tanto, considero más valiente al escritor de todos los tiempos, pues se enfrenta directa y abiertamente al qué dirán de todos de la anacronía. Mientras, el pintor sugiere, alude... En una dictadura, salvo algunos que nunca podrán ser poco coherentes (caso de nuestro gran Goya), el artista puede emplear el pincel y las grandes metáforas del óleo. La crítica literaria es tangible, directa, pero aún tenemos las infinitas versiones sobre la "Gioconda" de Michel Angelo. En las letras, muchas veces, a veces no caben las dudas.

Entrada destacada

Suzi 4, The Rolling Stones and Totalitarism.

Last September, I was looking for some good music to listen to, when I heard something I was fascinated for: What it was? It sounded like...