Cuentos Infantiles Sin Rumbo.

El Perrito Perito y Sus amigos

El Perrito Perito.

Había una vez un perro al que llamaban Perrito Perito ¿Sabéis por qué? Pues porque quería estudiar Perito Industrial, que es una carrera de universidad en la que hay que estudiar mucho, esforzarse y no distraerse.
Antes de irse a Madrid, el Perrito Perito se despidió de sus mejores amigos, que le regalaron la silla que aparece arriba en la foto. Era una mecedora para que se sentara a leer sus libros favoritos o a escuchar música. Sus amigos de Canena, en Jaén, sabían que también debía descansar, y por eso le regalaron la mecedora.
Pasaron muchos años. El Perrito Perito tuvo hasta que trabajar en una cafetería poniendo café con leche a perros muy maleducados que lo ensuciaban todo, pero Perito se subía encima de un paño y ,¡zas!, de un salto lo limpiaba todo.
Cuando terminó, le dieron el título de Perrito Industrial. Como era muy amistoso, volvió al pueblo de Canena con muchos regalos de Madrid: relojes, libros y camisetas para todos sus amigos. En Canena, lo recibieron con confeti y un concurso de las mejores aceites para relamerse el hocico. También había refrescos, golosinas y una profesora llamada Marimar que tocaba la guitarra y no paraba de bailar.
Al final, terminaron todos comiendo ensalada con aceite de Canena, con pollo y con pan. Se enjabonaron, se bañaron en un río y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Aceite de CANENA, Jaén.

Cuentos Infantiles Sin Rumbo

Fletcher conoce a Esquío:

Fletcher, gata canaria nacida en San Mateo, había cumplido hacía poco sus quince añitos, lo que era un logro para una gatita europea de color amarillo y blanco.
Fletcher, se había preparado para la ocasión y celebró su cumpleaños poniéndose un vestido hecho por ella misma, que ya estaba viejita. Como no tenía mucho dinero, utilizó unos paños de la cocina de su dueño y se puso a coser por las noches, bajo la luz de la Luna, para así no hacer ruido y no molestar a nadie... ¡Total ella ya ni dormía! En tres días, tuvo el traje hecho.
Como no sabía a quién invitar a su fiesta, cogió el teléfono de la casa y llamó a la Ardilla Esquío, de Galicia. Esquío le respondió que sí, que iría volando a Gran Canaria a su cumple. Esquío se cepilló los dientes, se puso un pañuelo de seda en su cabeza y salió de su árbol. Como no tenía dinero para el largo viaje, su amigo el del tractor la llevó al aeropuerto. Allí saltó a las maletas y se hizo la dormida. Los maleteros creyeron que era un juguete y no dijeron nada. Así, en un plis plas, llegó a Canarias y se encontró a su amiga Fletcher vestida en la cocina preparando el pastel y los refrescos para celebrar el gran cumpleaños. Y ¡colorín colorado, qué bien la pasaron!

Fletcher cansada de la fiesta.

Fletcher esperando a Esquío.

Pd. Dedicado a todos los niños y las niñas, en especial a las nietas de Anita Thomsen, que cumplen hoy 5 añitos ¡Qué cumplan muuuchoos más!  :)

Cuentos Infantiles Sin Rumbo: Galicia.

VIDA DE ESQUÍO

La ardilla Esquío.

Esquío vivía en Galicia, en un monte de unos 700 metros sobre el nivel del mar. Era libre, vivía feliz y contenta, desnudita pero peludita, disfrutando siempre del clima de la punta que podemos ver en el mapa peninsular que ¡parece una frente de la cara de una persona!
Esquío era trabajadora, amiga de sus amigos y tímida, digamos que discreta pero liberal. Nunca veía ni Tómbola, ni el Sálvame. Tan sólo veía unas cuantas noticias, Internet y la prensa, que solían tirar por ahí los excursionistas. De política no quería saber nada, pero leía como una burra y, si no le decían nada, se pasaba horas y horas en su cocina rural pasando hojas y más hojas de cualquier libraco que le prestaran (o que la cartera le llevara por encargo).
Hacía fiestas todos los fines de semana, excepto en el verano, en el que viajaba de Santiago a Berna (que está en Suiza), donde tenía un pariente lejano.
Aunque fuera bajita y callada, daba buenos consejos al resto de la aldea y varias generaciones habían crecido con ella, con sus excelentes respuestas, siempre sabias y astutas. Era guapa, más de lo que ella creía, por lo que siempre andaban tras ella en esas fiestas suyas de roscones, vinos y frutos secos. Prefería vivir sola, con su gramófono a toda pastilla, oyendo salsa y música clásica; charlando con su amiga Susana y pasando la aspiradora entre libro y libro, entre bailoteo y bailoteo.
Un día, Esquío conoció a un camionero llamado Dandy en una de sus fiestas. Éste, muy humano y afable escocés, quiso contraer matrimonio con ella de inmediato, pero Esquío se negó rotundamente. No obstante, vivieron felices y comieron frutos secos el resto de sus felices días.

Perrito Mimosito, amigo de Esquío.

Curiosidades: Cuentan los más mayores que viejos, escondidos en sus cabañas jamás visitadas, que los tataratatarabuelos de Esquío llegaron a recorrer toda España entera, saltando de árbol en árbol, ya que en esos entonces, el país entero estaba lleno de vegetación, árboles, ríos y verdor por doquier.

By Carlos G. Ferrera López, 2012.