Ninis, maquinitas, cultura y otros temas que te deberían interesar.
Nuestra generación, la famosa generación de la Transición española de los años 70 y 80, también ahora llamada
Nini, la anterior de la posguerra y la que la crió y, más aún -por el auge de las nuevas tecnologías- la de los 90 y principios del siglo veintiuno (creo que también forma parte de la Generación
Nini), ha sido y sigue siendo la mejor preparada de toda la Historia Moderna y Antigua de Europa. Si los estrategas y gobiernos actuales no quieren darse cuenta de que la merma en la Cultura (con mayúsculas) terminará sin duda deteriorando al país entero y a la civilización en su conjunto, allá ellos.
Deberíamos hacer como antaño y de padres a hijos, esto es, de una generación a otra, sin importar la clase social o el tipo de familia o sociedad a la que pertenezcamos, concienciarnos de que ésta es la única y última oportunidad. Si ahora no cogemos las riendas de la cultura, la cultura propia, la comunicación oral, la escrita, la educación que no se aprende en las escuelas pero que es muy valiosa por su contenido, ¿quién lo va a hacer?
Es cierto que muchos países que antes eran mal-llamados "subdesarrollados" o "hiperdesarrollados" no lograban vencer todos los obstáculos o generaban noticias que a mí personalmente no me convencían (en el 2º caso, como en el Informe Pisa, basado en pruebas sin sentido). Sin embargo, tal y como se están presentando los nuevos desafíos: ¿importa mucho la cantidad de trabajo o la calidad? Importaba lo segundo y algo de lo primero (y creo que se había conseguido en gran medida). Deberíamos estar más atentos a nuestros mercados y ver que éstos no se mantienen solos, per se.
Observemos cómo se desarrolla el más que gigante chino. Se ha desbordado y lo ha hecho con su propia cultura... No ha impuesto nada a nadie -de occidente- y hay que ver a nuestros amigos con admiración, ya que han conseguido trabajar más allá del límite, pero sin perder totalmente su cultura: ni la local ni la estatal. Bueno, sinceramente, no se puede estar compitiendo a ese ritmo y, a la vez, dejando atrás a sus pensadores. Es cierto que vienen de una dictadura y que no es ningún modelo a seguir, pero, me he dado cuenta de que en la llamada materia prima, han triunfado, pues la hacen más rápidamente, efectiva y competitiva. De ninguna manera justifico esto. Va en contra de los Derechos Humanos. Sin embargo, si no hubiera sido el Gigante Asiático, junto con algunos otros países, ¿quiénes hubieran sido en su lugar? ¿Vamos a seguir dando tumbos ante el intransigente FMI? ¿No es preferible elegir modelos alternativos, no revolucionarios, pero sí más humanitarios y que vayan a una velocidad acorde con la nuestra? Sinceramente, creo que nosotros ya no nos podemos ajustar más a ese reloj impuesto por personas sin escrúpulos. No soporto ver el cómo donde trabajaban 5 o 6 personas ahora trabajan 2 o una sola...
Lo cierto es que si aquí en España seguimos alimentando el mercado por el mercado y abandonando la investigación, el arte, la tertulia de café, los bares, la música (el ocio como hasta hace poco lo interpretábamos a la alternativa al trabajo) la variedad informativa, el intercambio de libros (o revistas de pasatiempo, que lo importante es mantener las mentes vivas y no como ahora), y si seguimos durmiendo a los pequeños y con un excesivo número de maquinitas -no pasa nada por evadirse con algunos juegos de vez en cuando, que son niños-, en vez de generar en ellos un creciente deseo por lo que pudieran ser de mayores o avivar su curiosidad, pues ya veremos, como dicen los pabloiglesistas y demás candidatos que "el dinero no se puede comer" o cómo cambia este bien de manos de un día para otro. Yo no lo sé, y cada día me interesa menos la política, pero no así mi sociedad, la nuestra. Si siguen privatizando por privatizar, y lo siguen haciendo con la materia gris y con el bienestar y la salud de las personas, tendremos que inventar un mercadillo de sueños que no sea la discoteca del fin de semana, sino la feria de la cultura y la universidad del lápiz y el papel. En mi caso, Canarias: ¿volver a alfabetizar? ¡Pues no! Lo siento, pero otra vez no. Aprendamos algo nuevo antes de irnos a dormir. Gracias y hasta luego. Viva la bandera de la Paz. Lo demás ya se verá.