Bajo un argumento político, social y arquetípico de sexo desenfrenado, algo flojo, se esconde la promesa americana del éxito, la soledad de las ciudades que crecían con desenfreno en los años cercanos a 1975 en la costa oeste (ya que no se pueden evitar capturas preciosas de esa misma época) y ¡cómo no! algo de la doble moral referida a 1965, pero también de mediados de los años 70 en la que el largometraje fue realizado (y no con mucho presupuesto).
Figuran las clases más altas de aquella costa californiana, algunos de sus políticos y sus élites, que vistos desde las décadas que han pasado hasta ahora son algo inocentes y bastante humanos respecto al cansino presente.
Los personajes, también tienen una especie de halo inocente respecto al presente, ya que representan su estatus social, pero se entremezclan con otros actores y actrices de diversa índole social y diversas personalidades.
La película, en conjunto, pudiera parecer algo artificial, aunque no se trata de la mala calidad de la actuación, sino de la originalidad de ese tipo de críticas sociales que empezaban a salir de nuevo a la palestra de la gran pantalla, de la falta de grandes medios de producción y a la naturalidad con que se mueven durante todo el film: es por eso que podría ser un ejemplo de una de las producciones más verdaderas y típicas, que otras tantas hechas a posteriori, ya que hay veces en las que la cámara capta las escenas tal cual, sin efectos especiales muy elaborados. Por esa razón, emana esa esencia típica de los 60 y 70 que hacía tiempo que no se veía ni en estas joyas, ni en las hechas ahora basadas sobre esos años.
Dice el refrán que 'para gustos, colores'. Puede que el que sepa apreciar bien el cine clásico se dé cuenta de lo que les cuento aquí, o puede que no.
Como siempre, gracias por leerme.